Conchudamente

Honesto

17:42

RELATOS DEL NUNCA JAMAS(1)

Publicado por Marius Eguiluz Najar |



EL VENENO


Era, ese sol de verano costeño, quemaba, hubiera preferido estar en la playa, pero estaba desarrollando labores de mi chacra. Para mis amigos era un flojo, porque ellos hacían muchas mas labores agrícolas y otros pensaban que nunca iba yo a la chacra de mi papa. Pero yo algo hacia en ese lugar(claro pero ustedes saben la estupida costumbre de algunas personas de inventar mentiras sin ser escritores), e iba casi todos los días, en esa poca, a hacer tareas simples: sembrar maíz con los pies, abonar el maíz o la mas sencilla dar de beber a las vacas, rodeado de algunos perros, oyendo sus ladridos, los rebuznos del burro y claro el mugido de las vacas, y justo ese día ese era mi trabajo, y de pronto a los sonidos ya mencionados además del sonido del crujir de la alfafa ya podada o mejor dicho devorado por las hambrientas vacas y terneros, se sumo el sonido de las quejas y casi sollozos de mi hermano, parecidos a una especie de relincho, se quejaba mortificado, mientras movía las manos haciendo ademanes de cólera para después apretarse ligeramente la cabeza y decir:

-Que cree mi papa, haciéndonos hacer eso, ya no hago mas-estaba sentado en un bordo, se levanto y se fue hacia el cuarto que teníamos en esa chacra.

Yo, a mis 14 años, ya estaba acostumbrado a ese comportamiento a ese comportamiento de parte de mi hermano, que tenia unos 9 años, sobre todo cuando estábamos realizando esas actividades, se quejaba siempre y muchas veces dejaba a medias su parte del trabajo y a mi solo casi siempre, yo seguía a las vacas al bebedero.

Así pasaban los minutos, esperando terminar lo mas rápido posible el trabajo, de repente cuando estaba estaqueando al suelo donde se hallaba la alfalfa a una vaca después de haberla llevado a tomar agua, escuche un sonido raro, fuerte, poco a poco empecé a distinguir, era mi hermano cuando voltee estaba llorando, no entendía por que lo hacia, así que me acerque a el, que también se dirigía hacia mi, en cada paso que daba hacia a el, comenzaba a entender mejor esos sonidos (que por sus llantos y desesperación al principio eran indescifrables) que salían de sus boca, ya entendía mejor lo que decía mi hermano entre llantos desesperados:

-Marcio, no me quiero morir, Marcio, no me quiero morir-ya estábamos uno al frente del otro.

-¿Que te pasa?, pero, ¿por qué dices eso?- le pegunte y yo ya comenzaba a asustarme.

-Tome veneno, veneno…uhfmuiuiu…aaaahhauffmmniaaafaf….afafamumf pense que era gaseosa-lo decía temblando y con su mejillas mojadas por su lagrimas, ojos rojísimos y su boca extremadamente abierta para poder pronunciar bien esas palabras-pensé que era gaseosa pero al probarlo era horrible, horrible, horrible, era veneno.

Yo me quede impactado, pensé en una solución y le dije:

-Voy a pedirle su bici a mi tío chato, cálmate Guillermo-intente calmarlo, poniendo mis manos en sus hombros que temblaban mas que nunca y luego lo solté y me fui embalado a buscar a mi tío. Seguía escuchando los lloriqueos de mi hermano, parecía que iba a explota poco a poco se fue desvaneciendo ese sonido tan perturbador y llegue donde mi tío, que era dueño de la chacra vecina.

-Tio, mi hermano tomo veneno…-y dije un montón de palabras rápidas, desesperadas, nerviosas, a las que añadí-podría restarme mi bici para llevarlo.

-Hijo, no tengo bici-dijo mi tío con una voz chillona, para luego calmarme un poquito con las siguientes palabras que me dijo-pero voy a prestarme una del vecino ¿donde esta tu hermano?

-Ahí tío-le señale a mi tío el lugar de la chacra donde estaba mi hermano, y el antes de de irse a buscar una bicicleta me dijo: ya yo los alcanzo vayan avanzando a pie.

Fui donde mi hermano y le expliqué lo que había pasado.

-Ya va a venir vamos avanzando- le dije a mi hermano que debió calmarse aunque sea un poquito, pero seguía llorando, aunque algo menos, lo llevaba abrazado, antes de salir de la chacra llego en bicicleta, mi tío, se subió a ella, subió a mi hermano y se fueron velozmente.

Yo seguí caminando, pensé muchas cosas mientras me dirigía a mi casa. Cierto momento pensé que pasaría, si mi hermano falleciera, algo de morbo se me paso por la mente, pensé como periodista de periódico chicha, pero luego reaccione intenté cambiar mis pensamientos; por momentos mi miedo, se iba y volvía fantasear, ya había llegado a mi casa, entre a Cipriano, el empleado de la chacra, el vaquero que había estado haciendo un trabajo que le encomendaron en otra chacra de mi familia, antes de enterase del incidente de mi hermano, Cipriano estaba conversando con mi papa, entre risas, yo no entendía nada.

Lo que había sucedido, era que mi mama había mandado a llamar a Cipriano para saber de que veneno se trataba, ella como enfermera de profesión, buscaría el antídoto, cuando Cipriano llego a mi casa extrañado, al no saber de que veneno hablaban, mi madre le contó todo lo que había pasado con Guillermo, esa narración contado por mi madre, en frente de mi hermano y mi tío chato, hizo estallar de risa a Cipriano para luego explicarle a ellos lo que me aclararía a mi cuando llegue a mi casa después de verlos reír y fue lo siguiente:

-Tu hermano tomo gaseosa, anteayer mis hijos compraron una gaseosa y no la terminaron y la dejaron botada en la cerca del cuarto, hoy en la mañana antes de que ustedes fuera la encontré y la metí en el cuarto.

Al parecer la gaseosa se había fermentado por la duradera exposición al sol, por eso tenia ese sabor extraño que Memo, como le decíamos a mi hermano, había sentido; me calme por fin, luego me dio algo de risa y a la vez vergüenza por no haberme dado cuenta tiempo, pero luego razone un poco mas y en realidad no hubiera habido forma de saber que no era veneno excepto probándolo cosa que no hubiera hecho por obvias consecuencias que supuestamente traería ese liquido, al no podía oler el falso veneno porque mi olfato es inservible(debido a alguna enfermedad en mi mas tierna infancia), además ese momento por la desesperación solo atine a correr en busca de ayuda, y no me interese en buscar el veneno, así que solo me quedo reír.

Mi hermano ese mediodía recupero poco a poco su tranquilidad, y por mi parte, decidí almorzar para poder ir a la playa, seria mejor no contar a nadie este incidente al menos por un tiempo, me dije a mi mismo (cosa que cumplí por varios años), para no molestar a mi pequeño hermano que esta avergonzado por lo sucedido, bueno había aprendido con la vergüenza y sobre todo con el miedo, a no tomar cualquier cosa que encontrara por ahí, además ya mi tío-conociendo lo que era de jodido- ya se encargaría de divulgar la historia y de molestarlo por el esto de su vida o por lo menos por algunos meses.

FIN

Marius Eguiluz Najar

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